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42 ALDO CICCOLINI

Pasemos a Clementi, con su larga y sorprendente

Sonata

op. 34 n° 2

(publicada en 1795), que por desgracia pocos intérpretes tocan, pero que

pertenece a las grandes sonatas de la época clásica…

A.C.

: Lo primero en que uno piensa al escucharla es el país de nacimiento de Clementi;

en esta obra sí que es italiano. La descubrí cuando salió el disco Clementi Horowitz, y

enseguida había acudido a la

rue de Rome

para comprar música de este autor, a quien me

pasé tardes y tardes leyendo.

El opus 34 n° 2 es obra de un pianista magnífico que comprende y sirve al instrumento

con brillo. Siento especial apego al movimiento lento

Un poco adagio

; unas páginas éstas

entre las más puras del clasicismo, de ejemplar sencillez –auténtica música de cámara. Y

también este

Molto allegro

inquieto que sigue…Hay un parentesco entre este final y el de

la

Sonata en do menor

de Mozart. Pero Clementi es menos púdico que Mozart.

Y este

Molto allegro

también le brinda a Clementi la ocasión de mostrar

su maestría en el arte del canon…

A.C.

: Clementi era todo un virtuoso del canon. En medio del movimiento, el tema es

tratado en canon, en

mi

menor; y todo ello se encadena con una naturalidad increíble.

¿Cómo se explica que se le reserve un lugar tan nimio en los programas a

una obra tan bella como la

Sonata

op. 34 n° 2?

A.C.

: Clementi escribió muchos estudios, y esta producción pedagógica juega en su

contra. Se le considera con cierta desconfianza y sin embargo… ¡qué magnífico músico

vamos descubriendo a través de estas

Sonatas

! Beethoven lo había entendido.